Para empezar, debes darte cuenta que el deseo está en ti, sólo está un tanto dormido, y tu tarea será despertarlo.
Lo primero que debes hacer es reconocer la causa, algunas veces es el stress, un desbalance hormonal, alguna preocupación, o el cansancio... hazte un autoanálisis y trata de solucionar el problema, sea cual sea el origen. No dejes que esta circunstancia arruine tu relación de pareja.
Conversa con tu hombre sobre lo que estás viviendo y pídele que te tenga paciencia, él sabrá comprenderte.
Es importante que estés tranquila, para ello, procura dormir bien, disfruta de una buena ducha, maquíllate, siéntete mujer y, sobretodo, hembra. Pon todo de ti al momento de ir a la cama.
Un buen ejercicio es que te auto-acaricies, reconecta tu mente con tu cuerpo. Explóralo como si fuera la primera vez que lo haces.
Recuerda los momentos excitantes que has vivido junto a tu hombre. Haz el amor aunque no tengas ganas, hacerlo irá aumentando tu deseo.
Cuida tu apariencia, usa lencería atrevida... si al mirarte al espejo ves una mujer sensual, despertarás tu propio deseo y querrás que él te tome. Recuerda que el hombre se excita principalmente por la vista.
Se dice que la zona más erógena de tu cuerpo es tu mente, y es cierto, porque tu forma de pensar refleja tu sexualidad. Desinhibe tu mente.
Pierde la vergüenza y atrévete a probar nuevas cosas. Despierta tu libido con una buena lectura erótica, los resultados serán evidentes en ti y tu cuerpo responderá, avivando tú deseo ardientemente.
Lee con él libros que traten de sexualidad. Invita a tu pareja a ver películas eróticas, además de aprender técnicas sexuales te ayudará a soltarte frente a él.
Escucha música sensual, un ritmo cadencioso te sensibilizará y, si te animas, prueba bailar al ritmo de la música.
Sobre todo, recuerda que el vinculo sexual es sumamente importante en la pareja, cualquier esfuerzo que lo refuerce... ¡vale la pena!
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