Sobre la higiene íntima

       La palabra “Higiene” proviene del griego «iguienon» que significa salud. La higiene es indispensable para una sexualidad sana, evitando problemas e incomodidades en la pareja.
 

       Al hablar de Higiene Sexual tenemos que considerar los siguientes factores:

 

La limpieza...

El bidé (del francés «bidet»,
que significa caballito,
en alusión a la postura
que se emplea durante su uso),
es un recipiente bajo con agua corriente y desagüe,
ideado para limpiarse los órganos genitales externos y el ano.

       En la Mujer es importante no usar jabón ni detergentes más que en las partes exteriores, cuidando que no ingrese a la entrada vaginal. El interior de la vagina no necesita ser lavado (así como uno no se lava el interior de la nariz), pero, de requerirse (como preventivo… de dudoso efecto), debe hacerse con tan sólo agua pura.

       Los desodorantes femeninos deben ser evitados, pues facilitan las vaginitis al alterar el PH. El olor de la lubricación femenina (cuando no está recalentada por ropa interior de nylon y un vello púbico descuidado y crecido) no sólo no es “sucio” sino que lleva feromonas que excitan al hombre.

       Cuando la mujer micciona o defeca, debe siempre limpiarse llevando la mano de adelante hacia atrás (para no transportar involuntariamente bacterias del ano a la vagina), siendo importante que después de defecar use el bidé para una adecuada limpieza, pero –como se dijo antes– sin introducir jabón a la vagina y cuidando de hacer todo lavado siempre de adelante hacia atrás.
 

 

 

       El Varón requiere, sobre todo, lavar el pene recogiendo el prepucio para evitar la acumulación de esmegma en el cuello del glande. El hombre puede, sin temor alguno, utilizar agua y jabón tanto en el pene como en los testículos, debiendo cuidar de asear también los repliegues de la ingle. Después de orinar, debería lavar el glande o, al menos, enjuagar el orificio de la uretra y siempre, después de defecar, debería lavarse la zona genital utilizando el bidé.