lunes, 8 de julio de 2013

Sexualidad Natural


       Mucho se habla de sexo en nuestros días y la gente parece creer que es "más libre que antes"... ¡pero la realidad es todo lo contrario! Actualmente, no se conceptúa y acepta la sexualidad como algo natural –…¡que lo es!–, sino que se le buscan las más absurdas excusas para "justificarla", con lo cual se sale del campo de lo erótico y se cae en un mercantilismo sexual que deforma y contamina nuestra visión del placer, con lo que terminamos, –casi siempre– en neurosis sexuales que buscan la gratificación por medios cada vez más tóxicos.
 
       El constante bombardeo de la supuesta "igualdad de los sexos", ha puesto muy de moda el concepto "unisex". Esto, por desgracia, no sólo es un absurdo (al ir en contra del orden natural), sino que produce resultados destructivos.
 
       Debemos ante todo recordar que los seres humanos –como todas las especies superiores– somos mamíferos y éste es un punto esencial si queremos entender lo que nos ha ocurrido… pues, en la evolución social parecemos haber retrocedido al nivel de los insectos.
 
       En este sentido, si bien los insectos representan la híper-especialización en lo que a evolución se refiere, es precisamente esto mismo lo que les impide evolucionar más.
       Adicionalmente, los insectos son el perfecto ejemplo de una economía consumista, pues sólo viven para producir y consumir, acabando fácilmente con todos los recursos disponibles si no hay otra especie que los controle.
 
       Es importante notar que, incluso aquí, existe una clara diferenciación de roles, y no se da ningún concepto de igualdad entre los sexos. Existen, sí, especies que sufren una suerte de "cambio de sexo" (en los insectos y hasta en los peces) pero únicamente se da en especies inferiores y como una necesidad, cuando no quedan machos que puedan fecundar a las hembras.
 
       Finalmente, los insectos presentan una estructura visiblemente matriarcal, donde es la hembra quien manda y, mientras más crías produzca, más amplía su dominio, y los machos tan sólo están para fecundar… y ser eliminados, ya que la hembra, después de que lo ha usado, lo descarta (como en las hormigas, avispas y abejas) o, incluso, se lo come (como en las arañas, mantis y otras).

       En los mamíferos, en cambio, el macho guía y la hembra sólo busca ser montada en temporadas de celo –pues en cada parto se juega la vida y el instinto hace que se resista–, y se caracterizan por reunirse en manadas que vienen a ser "familias de familias", teniendo marcadas tendencias lúdicas (esto es, juegan desde pequeños).
       Pero es en lo sexual donde la diferencia es mucho más notoria pues, en vez del cortejo temeroso de los insectos en que el macho se acerca muy cuidadosamente a la hembra que puede –y suele– devorarlo, entre los mamíferos la cópula es un acto de placer y hasta juguetón… y precisamente esto es lo que hemos perdido en el mundo moderno, en que no sólo se ha debilitado al macho y virilizado a la hembra –llegando a la inversión de los Roles Naturales–, sino que se ha convertido el sexo en un campo de batalla y un tema de temores de muerte, con lo cual, si bien las personas parecen estar "sumamente interesadas" en todos los temas en algún modo relacionados con sexo, se encogen –…¡y corren!– en cuanto se les precisa para enfrentar el asunto seriamente y en primera persona.
 
       Hoy en día, en que tanto se habla de ecología –y digo "se habla" porque, en la práctica son poquísimos los que hacen algo concreto al respecto–es lamentable que la gran mayoría de personas pasen por alto el contundente hecho de que también se requiere aplicar una ecología humana.
       Es por esto que aquí hablamos de Sexualidad abiertamente, buscando volver a valorar –y, ojalá, recuperar– lo erótico de nuestras vidas, como un aporte necesario a nuestra tan enferma sociedad.

 

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