Retrocedamos nuevamente en el tiempo a nuestro antiguo Perú para admirar las obras de los artistas Mochica. Estos ceramios nos muestran, con desbordante riqueza de expresión, posturas de apareamiento de los diversos animales, además de las referidas a la especie humana.
La cosmovisión de los Moche contemplaba la sexualidad como parte de su vida cotidiana, como una fuerza creadora origen de todas las manifestaciones de la vida. Con sus imágenes sexuales, expresaban la unión de los elementos de la naturaleza en forma simbólica.
En las vasijas con parejas realizando el coito abundan las escenas en las cuales el hombre abraza a la mujer y la acaricia apreciándose también gran detalle en la vulva y genitales masculinos. No sólo modelaban la vulva sino también el clítoris, los labios mayores y menores cubiertos de muy escaso vello púbico. Cabe recordar, que la escasez del vello púbico es característica de la mujer de la Sierra peruana, muchas de las cuales después de la pubertad, aun lucen como niñas.
Para los alfareros Mochica, la reproducción del pene erecto era muy común y hacían resaltar la operación quirúrgica de la circuncisión.
También se puede ver una gran variedad de vasijas representando mujeres desnudas produciéndose a sí mismas placer con algún instrumento, mujeres en actitud provocativa antes de iniciar los contactos sexuales o mujeres acostadas boca arriba, con las piernas levantadas, agarrándose los muslos y enseñando vulvas de grandes dimensiones.
Estos artistas mochicas no se contentaban con reproducir a la mujer en una sola posición al tener relaciones sexuales, sino que la representaban en posiciones atrevidas y complicadas, haciendo evidente que las mujeres tomaban parte muy activa en los juegos amorosos.
Actualmente el arte erótico de nuestros antepasados está siendo revalorado, habiendo muestras abiertas al público en diversos museos de Perú y Europa.
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