Por razones tanto biológicas como sociales existe una diferencia definida entre los varones y las mujeres de nuestra sociedad. Si has de llevarte bien con los hombres, al menos debes aceptar con benevolencia esa diferenciación... aunque nunca te entusiasme demasiado.
La frase del sexólogo de fama mundial, el doctor Albert Ellis, en su libro "El Moderno Arte de Seducir", es tanto, o más actual, hoy en día en que necia y absurdamente se insiste en una pretendida igualdad en todo, que nos ha llevado a la moderna Cultura Unisex en que se pierde de vista el auténtico sentido de lo que es ser Mujer o ser Hombre.
Bajo la falacia de que los modelos tradicionales eran "Roles Inculcados", se introdujo la peregrina idea de que debían ser descartados, reemplazándolos por las actuales y poco definidas actitudes en que la Mujer ha terminado rechazando los valores femeninos (por temor a ser llamada tonta, pisada o ignorante) y el hombre se ha debilitado (por temor a ser tildado de machista, prepotente o agresivo).
Dado que el ser humano es un ser pensante que adquiere mucho de su estructura mental del entorno en que se desarrolla, es obvio que los Roles –todos los roles– son inculcados; por lo tanto, el asunto no estaba en desechar los modelos tradicionales por ser roles inculcados, sino en percatarse de que eran Roles Naturales... lo que –decididamente– no se puede decir de los modelos actuales.
Y es debido a eso que estamos aquí...
Para refutar las mentiras actuales y denunciar la falsa igualdad de los sexos, pero, por sobre todo... para recuperar, de una vez por todas, la dignidad de los Hombres y Mujeres que aún desean seguirlo siendo.
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